avizo:

se les informa a las y los lectores de esta novela (fic) que en los primeros capítulos no sale ninguno de los integrantes de la banda, están en capítulos mas avanzados. con ello pedimos no dejar de leer ya que tendrá que haber continuidad para entender cuando aparezcan algunos de los chicos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

capitulo 6: De nuevo otra vez



Después de recorrer el pasillo de mi habitación y bajar las escaleras, llegamos al comedor que tiene la vista hacia una parte del jardín. una decoración personal de mama. Allí estaban mis padres, desayunando.

- Buenos días – salude feliz -.

- Hola, Annely – dijo papá -.

- Que milagro que te veo despierta tan temprano – dijo mamá -.

- Lo que pasa es que… - alcance a decir -.

- Lo que sucede es que Annely amaneció muy feliz hoy.

- ¿y a que de debe? – quiso saber mamá -.

- No por algo, por alguien, Rosalie – acuso mi nana. Entonces sentí como se me hacia un nudo en la garganta -.

- ¿y quien es ese chico, Annely? – pregunto curiosa mi madre, entonces mire a papa y vi que simplemente me veía fijamente esperando a que respondiera -.

- No lo se – mentí en voz baja -. Solo ocurrió – dije mirando a lucia pidiéndole que parara con la mirada -.

- Es broma todo lo que te digo, Rosalie. Simplemente Annely esta feliz hoy. Y tu, Patrick, sigue desayunando, tu hija aun no piensa en novios para que te estés alarmando.

- ¿de que hablas lucia? – dijo papá -. Solamente…estaba mirando y escuchando la conversación.

- Por supuesto, Patrick, lo que digas – siguió mi nana -.

- Bueno, basta de bromas – hablo papá aclarándose la voz -. Ven y siéntate a desayunar, Annely.

- Si – acepte -.

Me senté al lado derecho de papá. Mi nana aun estaba del otro lado, con lo que se disponía a retirar del comedor. Llego una chica de servicio y me sirvió el desayuno, amablemente, como siempre. Sirvió jugo para tomar y con ello empecé a desayunar. Todo esta tranquilo, platicábamos del viaje, de los recuerdos tontos que nos traíamos a casa deseando que siempre hubieran mas como esos, aunque supiéramos que seria algo casi imposible mezclando el trabajo de mis padres y el colegio.

El desayuno estuvo bastante bien, y claro que también ya extrañaba las comidas de mi chef.

- Bueno señoritas, me retiro – anuncio papá parándose de su lugar -. Se me hace tarde para llegar a la oficina.

- ¡Pero es Domingo! – proteste -.

- Lo se, Annely. Pero tengo que checar como va el hotel que se esta construyendo en Miami.

- Si, yo también me tengo que ir – dijo mamá -. Tengo muchas cosas por hacer en la oficina. Tengo que checar la venta de las revistas, las sesiones fotográficas de las modelos y los diseños. Todo tiene que estar perfecto para esta nueva colección

- ¿tú también te vas, mamá? – pregunte triste -.

- Por desgracia – respondió -.

- De acuerdo, lo comprendo, es trabajo. Solo quería pasar un rato con ustedes. Supongo que me acostumbre muy rápido en esta semana a estar con ustedes las veinte cuatro horas del día. Había olvidado que eso es imposible estando en Los Angeles.

- Solo trabajare un rato – dijo papá tratando de que no me enojara -. Lo prometo

- Yo también, Annely, solo un par de horas – informo mamá parándose de su lugar -. Te vemos al rato, querida.

- Claro… - dije sin ánimos -.

Me levante de mi asiento para que mamá y papá se despidieran de mí con un abrazo y un beso y se fueron tomados de la mano.

Un domingo más sin padres, algo decepcionante para mí. Para otras chicas es lo mejor, sin padres molestosos que estén detrás tuya, pero en mi caso, en mi caso es diferente, casi nunca están conmigo, por esos los viajes me resultan fantásticos, siendo o no cortos o largos.

Todo es debido a los trabajos, trabajos que nos separan.

Papa es dueño de una gran cadena de hoteles, de las más importantes, aquí en Estados Unidos, Canadá, México, centro América y toda Europa.

Mama es dueña de la casa de modas más importante de aquí en Estados Unidos. Le gusta todo lo que tenga que ver con las modelos y el diseño de la ropa.

Mientras yo me quedo allí, solamente parada.

“¿y ahora que?” me dije. “¿Ir a mi habitación a sentarme a leer un rato a esperar que pasar el tiempo para que mis padres llegaran y después cenar? No gracias. No quiero hacer lo ordinario una vez mas”

Entonces me volteé y empecé a caminar rumbo a mi habitación, no había nada que hacer allí. ¿Qué caso tenia quedarme parada?

- Hay una alternativa más. Te vas a tu habitación o decides saludarme – dijeron -.

Paré al instante. Aquella voz era masculina definitivamente. Me volteé lentamente mordiéndome el labio inferior. Era el. ¡Era Richard! Allí estaba parado con las manos en los bolsillos traseros de su pantalón y con una hermosa sonrisa. Me estaba congelando con solo mirarlo de nuevo. Estaba cerca de mí, a tan solo unos pasos de distancia. Le brillaban los ojos como siempre, pero ahora me parece más que nunca.

Tome aire y abrí la boca para que pudiera decir algo, pero simplemente no sucedió.



- Hola, Annely – dijo -.

- Ho-hola, Richard – salude nerviosa. Trate de sonreír pero me era imposible. Apenas y me salía media sonrisa -.

- Por fin te veo – comento. Entonces camine rápidamente hacia el y lo abrasé -.

- Por fin te veo – repetí -.

Coloque de lado mi cabeza sobre su pecho y respire profundamente sintiendo el dulce aroma que tenia. El coloco su cabeza sobre la mía y me rodeo con sus brazos.

- Me hace feliz verte, Annely – me dijo al oído -.

- Yo me siento igual, Richard – respondí -.

Ahora lo abrazaba más fuerte aun. Cerré los ojos. Quería sentir que este encuentro fuera real.

Abrí los ojos y me separe de él. Richard tomo mis manos y entrelazo nuestros dedos, entonces se acerco a mí y me dio un beso…un beso en la mejilla. Sentí sus calidos labios sobre mi piel. De verdad que eso es lo que necesitaba.

Despego lentamente sus labios y me volteo quedando el detrás de mí.

- Te espero en el jardín – informo susurrándome al oído-.

Me volteo de nuevo y nos sonreímos ampliamente. Llego el fin y separamos nuestras manos, aunque estaba muy segura de que nadie lo quería hacer.

Se giro en dirección contaría y se alejo de allí.

Pronto iba desapareciendo poco a poco mientras yo me quedaba sola de nuevo, pero acompaña de la ilusión de volver a verlo y en el mejor lugar de esta casa, el jardín. Pero hay algo mejor. Su beso tatuado en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario