avizo:

se les informa a las y los lectores de esta novela (fic) que en los primeros capítulos no sale ninguno de los integrantes de la banda, están en capítulos mas avanzados. con ello pedimos no dejar de leer ya que tendrá que haber continuidad para entender cuando aparezcan algunos de los chicos.

martes, 23 de noviembre de 2010

capitulo 3: de regreso a casa

Abrí mis ojos lentamente. Mi postura era diferente a como estaba hace un rato. Mis pies estaban sobre el asiento y mi espalda recargada a una de las puertas pegando mi hombro con el respaldo. El libro y mi bolsa de dulces ya no estaban conmigo, ninguna de las dos en mi mano, por lo que alguien me las había quitado.

- mamá, ¿Dónde esta mi libro? – pregunte -.

- Lo he guardado. Te quedaste dormida y lo estabas estropeando,

por eso te lo quite – respondió -.

- Ah… me quede dormida – dije acordándome, mas bien dándome cuenta -.

- Si, Annely – dijo mamá -.

- Pues gracias – dije -.

- De nada – dijo a cambio -.

- Papá, necesito saber si falta mucho – pedí saber. Era siempre mi costumbre preguntar lo que restaba de camino en un viaje, sabiendo y mirando por la ventanilla para darme cuenta, pero ni aun así estaba conforme. Necesitaba respuestas -.

- No, no falta mucho – respondió papá mirándome rápidamente por el retrovisor -. Estamos a minutos de entrar a la ciudad.

- ¿De verdad? – pregunte sorprendida -.

- Como si no supieras… - intervino

mamá. Entonces mire por la ventanilla y comprobé -.

- Cierto – comente -.

- Es que te has quedado dormida casi todo el viaje, salvo una hora, por eso se te hizo tan corto - dijo papá -.

La verdad es que sí duermo mucho, es una de las cosas que mas disfruto. Como me encantaría que fuera un deporte. De acuerdo, imagino imposibles.

El viaje no era tan largo después de todo, eran simplemente tres horas en carretera, que por cierto, me hubiese gustado venirme en el avión pero no, por que es un viaje familiar. Allí compruebo una vez más que todas las decisiones las toman mis padres y que aquí simplemente sigo reglas.

Llegamos a casa mas rápido de lo que tenía pensado. Por suerte no había tanto tráfico a pesar de ser de noche.

- listo, señoritas. Llegamos a casa – dijo

papá con una pequeña sonrisa en los labios -.

- ¡por fin! – exclame -. Este viaje se me hizo toda una eternidad. El más largo en la historia de mis viajes – dije sarcásticamente -.

- Si, claro – dijo mamá -.

- Le diré a John que mande a alguien por las maletas.

- Si – contesto mamá-.


John es nuestro mayordomo. Es un hombre que ha estado con nosotros, bueno más bien con mis padres desde antes que ellos se casaran. Su esposa también trabaja con nosotros, ella es

mi nana se llama Lucia. Ambos son un poco mayor de edad que mis padres.

John es alto, delg

ado, d

e una cabellera café y ondulada apenas salpicada de algunas canas. Tiene ojos color café marrón oscuro y es de tez blanca.

Lucia, es un poco mas baja de estatura qu

e John. Su cabello es muy bonito aunque sea corto de color rubio o veces castaño. Casi siempre mantiene su cabello suelto, pero a veces le da por recogerlo. Sus ojos son de color verde azulado y más dulces que los de John.

John y Lucia tienen un hijo, un hermoso hijo, se llama Richard y la verdad es que es muy guapo. Tiene un poco más de dos años que yo. También vive con nosotros, dehecho estudia en el mismo colegio que el mío, pues mis padres decidieron pagarle los estudios ya que es un excelente alumno y gente como el merece lo mejor. El esta en noveno año y yo en séptimo.

Todos los días después de hacer la tarea, bajo al jardín, la mayoría de las veces el esta allí. Le gusta cuidar las flores como si fueran suyas; les rocía agua casi todos los días.

No desempeña ningún trabajo en mi casa, ¿y por que debería de hacerlo? Que cuide de las plantas no es ningún trabajo que se le haya pedido, es algo que decide hacer voluntariamente y mis padres le han dado todo el derecho. Muchas veces le deja flores a mi mamá y a Lucia. Pero la verdad es que a mi también.

Me encanta platicar con el, aunque a veces sea un poco penosa y me atonte viéndole. El es demasiado amable y divertido.

Creo que le gusto aunque aun no lo se. Siempre me he cuestionado si debería haber algo más entre nosotros dos. ¿Estaría bien?

Me ha mandado una carta la noche antes de partir de viaje a casa de mis abuelos. La carta era demasiado linda y lo que mas me gusto fue que estuviese perfumada con su loción, suave y dulce. En el texto decía que me extrañaría durante mi ausencia, que se acordaría de mi todos los días, incluso cuando se despertara y sobre todo antes de irse a dormir, pues se habría dado cuenta de que no estuvimos juntos una día mas.

¡Richard es demasiado lindo!

Es una hermosa carta, la mejor que he recibido en mi vida. Bueno…por parte de un chico.

Tengo ganas de salir corriendo del coche y abrazar a todos, los había extrañado demasiado.

En la entrada de la casa nos esperaban John, Lucia, Richard junto dos personas más de servicio. Esto siempre es una costumbre cuando regresa alguien de nosotros de viaje.

John se acerco y le abrió la puerta a mamá, seguidamente a mí, bajamos del carro y papa se fue junto a nosotras colocándose al lado de mamá.

- Hola de nuevo, bienvenidos a casa – saludo John amablemente -.

- Gracias – dijo mamá con una sonrisa -.

- Me alegra de que ya estén aquí de regreso – dijo mi nana -. Todos aquí en la casa te extrañamos Annely.

- Claro que yo también los extrañe nana – respondí mirando a Richard -. Y mucho – agregue con una sonrisa mientras podía ver los brillantes ojos de Richard, entonces el me regreso el gesto -.

- Toma, John – hablo papá dándole las llaves del carro a este -. Quiero el coche limpio como siempre y que nos pasen las maletas a las habitaciones, por favor – pidió -.

- Enseguida – respondió y con ello se retiro del lugar con las otras dos personas de servicio.

Justo enfrente de nosotros quedaban solamente mi nana y…Richard. No podía dejar de mirarlo y creo que mi nana se dio cuenta, pero fue algo a lo que le tome muy poca importancia. Ahora el era mi enfoque.

Richard estaba tan contento, lo podía ver en sus ojos que no dejaban de brillar. El brillo como de dos hermosos diamantes cristalinos. Yo también me alegraba de verlo.

- vamos, Annely. Te llevare a tu habitación – habló Lucia -. Debes de estar cansada después del viaje. Ya es noche y no te hace bien desvelarte.

- Pero si he dormido en casi todo el camino – proteste -.

- Igual y subes conmigo a tu habitación - ordeno -.

- De acuerdo – dije sin ánimo -. Me despediré.

Me acerque a mamá y la abrase. Me dio un beso en la mejilla y me dio las buenas noches. Papá hizo lo mismo. Me aleje y ellos se despidieron de Lucia y Richard para irse a su habitación tomados de la mano.

Mi nana me rodeo con su brazo y dispuso a irse conmigo, pero yo tenia algo más que hacer.

- Buenas noches, Richard – le dije sonriendo -.

- Buenas noches, señorita Annely – respondió -.

Entonces empecé a caminar con mi nana para ir a mi habitación.

Ese “buenas noches” fue lo único que pudimos decirnos.

Hay algo que me llamo la atención en su respuesta, ¿Por qué me había dicho “señorita”? El no suele emplear ese vocabulario con migo. Tal vez fue por que el también supo que Lucia se dio cuenta de que lo estaba mirando y no quiso parecer un mal educado frente a su madre.

Tenia muchas ganas de hablar con el, pero al parecer eso seria imposible hoy. El se quedaría en su habitación y yo en la mía, en la cual estaba a punto de llegar.

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