avizo:

se les informa a las y los lectores de esta novela (fic) que en los primeros capítulos no sale ninguno de los integrantes de la banda, están en capítulos mas avanzados. con ello pedimos no dejar de leer ya que tendrá que haber continuidad para entender cuando aparezcan algunos de los chicos.

martes, 16 de noviembre de 2010

capitulo 1: la despedida

- Anda Annely, despídete de tus abuelitos. Ya es hora de irnos – me apresuro papa -. No querrás llegar tarde a casa, ¿verdad?

- No papá, ya voy – respondí -.

Camine hacia mis abuelos y los abrasé fuertemente. Hace una semana, una semana que se me ha ido volando que habíamos llegado a su casa. Se podría decir que de vacaciones, pero más que nada a acompañarlos por que ya hace un tiempo nos lo habían pedido, ahora que mis papas tenían solo un poco de tiempo hicieron un espacio en su agenda para venir. Hacia ya medio año que no los veía. Para mi es

mucho, ya que me encanta pasar tiempo con mis abuelos.

El abuelo me abrazó fuertemente de igual manera y me beso la mejilla.

- te extrañare, pequeña – dijo mi abuelo dulcemente -.

- ¿pequeña, yo? – pregunte haciéndome la ofendida-. Esta bien que sea de una estatura promedio, que no sea muy alta pero tengo trece años. Próximamente catorce – presumí. Con ello se escucharon pequeñas risas provenientes de mis padres y abuelos. ¿Qué tiene de malo presumir la edad? -.

- Cuídate, ¿si? – dijo mi abuela -.

- Claro que si. No sabes cuanto ansío regresar de nuevo y pasármela tan bien como hace poco. Si fuera por mí, me quedaría con ustedes – respondí con una sonrisa -.

- Annely, se nos hace tarde – apresuro mamá -. Ahora si nos tenemos que ir. Despídete de una vez de tus abuelitos.

- De acuerdo mama.

Abrasé más fuerte aun a Robert, mi abuelo, y le di un pequeño beso en la mejilla izquierda. Me separe de el y mire a mi abuela Rosalie, que por cierto mi mama lleva el mismo nombre. Ella estaba a un lado de mi abuelo, respire profundamente y nos abrazamos mutuamente.

Que bien se sentía el abrazo de una abuela.

Me separe de ella con un poco de dificultad, ya que sus abrazos para mi eran demasiado especiales, y al igual que a mi abuelo le di un beso en la mejilla.

- vamos Annely, te llevo al carro

– dijo papá -.

- Si – le respondí -.


Papa me redondeo con su brazo a la altura de los hombros y nos dirigimos al carro. Papá se sentó en el asiento del conductor y encendió el carro. Yo como siempre, iba en el asiento trasero.

- te dejare con la calefacción para que no tengas frío – dijo papá

-. La temperatura esta demasiada baja ahora y no quiero que te enfermes sabiendo lo delicada que eres con tus ataques de asma.

- Esta bien.

- No tardamos – avisó -. ¡ah! Ponte el cinturón de seguridad – ordeno -.

- ¿desde ahora mismo? – me queje -.

- Desde ahora, Annely.

- Si papa, ya voy – dije a cambio -.

Papá se bajo del coche y cerro la puerta tras de si yéndose donde mis abuelos y mi mamá. Sabía perfectamente por que me había dicho lo de los cinturones de seguridad, jamás me habían gustado y desde pequeña fue un lío para que durante el mas mínimo y corto viaje lo tuviera puesto. ¡No me gustan! Son incómodos.

Mire por mi ventanilla. Papá y mamá se despedían de mis abuelos con grandes abrazos y muchos, muchos besos para mi mama. ¿Y como no? Si ella era la hija.

Pronto mis papas subieron al coche. Entonces nos pusimos en marcha. Baje la ventanilla y saque mi mano agitándola de un lado a otro despidiéndome. Ellos hicieron lo mismo, incluso mandando besos.

Rápido nos fuimos alejando de la casa de mis abuelos. Salimos de la inmensa residencia y nos dirigimos rumbo a la ciudad.

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